A pesar de que ir a terapia ya está muy normalizado, seguro también y todavía, tienes a esa tía que te ha dicho que ella nunca necesito ir a que “le resolvieran sus problemas” (claro, después de 43 relaciones fallidas, agorafobia y 32 episodios psicóticos) o esa ex pareja que juró no necesitar ninguna ayuda…. Pero entonces y, además de estos ejemplos, ¿Por qué ir a terapia?
Te dejo algunos de mis pensamientos sobre este tema gracias a mis credenciales: más de 15 años viviendo con un trastorno de ansiedad generalizada, depresión y experimentando con distintas terapias.
1: Las enfermedades mentales: Una realidad
Para iniciar el tema de por qué ir a terapia, permíteme hacer un pequeño recap de mi situación: he tenido a la depresión presente en mi vida desde hace muchos años (algunos especialistas han especulado que tal vez desde que era una niña) y hace aproximadamente 10 años, obtuve un diagnóstico: depresión y ansiedad generalizada ¿No suena tan mal verdad? Bueno o al menos no tan mal como otros padecimientos mentales… pero cuando tienes ataques de pánico, pensamientos compulsivos y despersonalización, puedes llegar a sentir que en verdad es muy difícil vivir…
Así que, empecemos con el primer pensamiento tranquilizador de la terapia: LAS ENFERMEDADES MENTALES EXISTEN, no son un invento tuyo, pueden trastocar todos los niveles de tu vida y bienestar y son muchísimo más comúnes de lo que imaginas.
Piénsalo así, ¿Cuándo te duele el estómago, vas a un gastro? ¿Cuándo te rompes un huesito, vas con un traumatólogo? ¡Pues es lo mismo! Cuando algo no está bien en tu mente, vas al psicólogo(a) o psiquiatra. Pensamientos contrarios, son sólo estereotipos, el cerebro es un órgano y también se puede enfermar.
2: Siempre hay una solución
Por otro lado y aunque sean enfermedades totalmente normales, los padecimientos psicológicos o psiquiátricos tienen tratamientos distintos, pues muchas veces, su dificultad radica en que no se trata sólo de tomar ciertas pastillas o ponerte ciertas inyecciones para estar bien.
Así, el por qué ir a terapia también tiene un gran sustento en este punto: hay que ayudarle a tu cerebrito a la recuperación con un(a) buen(a) profesional de la salud mental para apoyarte en el proceso.
Ahora bien, aquí hay otra realidad: la mayoría de estos padecimientos no se curan por completo, pero SÍ pueden controlarse y, lo más importante, puedes tener una excelente vida llena de felicidad.
Mi experiencia: Llevo alrededor de 9 años tomando diversas terapias y antidepresivos (los cuales jamás me han causado alteraciones en mi personalidad, fatiga y todos esos síntomas negativos relacionados con su consumo) en los cuales he tenido altas y bajas, pero ha habido periodos, incluso de años completos, sin ningún ataque o crisis y actualmente, cuando los llego a tener (de forma esporádica) son muy controlables. Es decir, MI VIDA NO ESTÁ CONDICIONADA POR LA DEPRESIÓN Y LA ANSIEDAD, y son sólo 2 factores más con los cuales debo vivir de vez en cuando.
3: La orientación que necesitas
Tercer punto del por qué ir a terapia: tal vez tú no tienes un padecimiento específico y sólo necesitas ayuda para clarificar ciertas situaciones en tu vida. Y si bien la o el terapeuta no te dirá que hacer, sí podrás recibir una asesoría objetiva sobre lo que te preocupa.
Todas y todos tenemos traumas, comportamientos aprendidos, problemas familiares, de pareja, con amigos o de convivencia, compulsiones, obsesiones, tristezas, culpas y todo el infinito rango de emociones humanas que nos componen.
Así que, en menor o mayor grado, todas las personas tenemos cosas que resolver, componer o mejorar y la terapia es justamente eso: un intento personal e íntimo para ser mejor y tener una mejor vida.
4: El control lo tienes tú
Finalmente, ir a terapia no significa que pondrás toooda tu vida en las manos de otra persona, más bien, es abrir tu corazón y tu mente a un(a) profesional que te ayudará a encontrar el camino y, lo más importante, a tus propias soluciones.
Así mismo, te dejo otro dato importante: a veces tendrás que probar con diferentes terapias y/o terapeutas para encontrar lo más adecuado.
Otra vez te dejo mi experiencia por si la necesitas: he ido a distintas consultas de diferentes corrientes: conductual, humanista, gestalt, logoterapia, entre otras, y en algunas me ha bastado una sola sesión para saber que no es lo que busco o bien, me han funcionado en distintas etapas de mi vida.
Lo mismo con los profesionales de la salud mental, me ha pasado que amigos(as) me han recomendado terapeutas con los cuales les fue genial y a mí, no me provocaron nada… el punto aquí es comprender que se trata de un proceso de prueba y error donde puedes encontrar tu ideal desde la primera vez, o que tal vez, tendrás que probar algunas opciones antes de dar con el/la adecuado(a).
¡No desesperes! Hay muchísimas opciones para todo tipo de problemáticas e, incluso, distintas necesidades económicas, pues cada vez se está universalizando más este tipo de ayuda.
¿Por qué ir a terapia?: Un proceso para todo el mundo
¿Alguna vez has sentido mucho miedo hacia la vida o el futuro? ¿Has sufrido por alguna relación sentimental? ¿Tienes algún trauma? ¿Hay algun tema familiar o de tu pasado que no haz resuelto? ¿Sientes culpa por algo? Si contéstate ¡Sí! a alguna de estas preguntas (y te aseguro que lo has hecho), entonces también estás respondiendo a la pregunta de por qué ir a terapia.
La vida es un proceso dulce con algunos tintes amargos, pero ¿Cómo estaríamos seguros de su dulzura sin conocer su contraparte?