Las mamás queremos tener niños felices y sanos.
Sin duda, nos esforzamos todo el tiempo, incluso llegamos a presentar hasta: agotamiento físico, mental y emocional para lograrlo. Pero…
¿Realmente los hacemos felices o solo estamos sustituyendo nuestras propias carencias? Y es que la maternidad es tan desafiante a tantos niveles, que también es preciso detenernos un momento para reflexionar: ¿Qué tan felices somos nosotras? Porque aunque no lo creas, de eso depende que tengamos niños felices.
Mamá feliz, niños felices
Claro, porque en cuanto nos convertimos en mamás, de inmediato nos ponemos en segundo plano. Nuestras necesidades e incluso nuestra felicidad las hacemos a un lado para procurar el bienestar de nuestra criatura. Lo cual es completamente normal y natural, sobre todo en los primeros meses de vida de nuestro bebé, sin embargo es necesario buscar un equilibrio para criar niños felices.
Yo sé, está bien difícil, pero ¡Sí se puede, hermana! Y no solo se puede, sino que es importante. ¿Y por qué es importante que sean felices?
¡Ah! pues porque una infancia feliz, va a construir:
- Adultos sanos
- Autosuficientes
- Emocionalmente estables
- Seguros de sí mismos
- Empáticos
- Capaces de alejarse de lo que les hace daño
- Elegir su bienestar
Entre otras; y muy probablemente personas felices. Así que aquí te van unos tips para lograrlo.
Una de las tendencias de las mamás, es que buscamos suplir con nuestros hijos nuestras propias carencias. O sea, si los recuerdos de nuestra infancia son:
Que Santa Claus apenas y se asomaba en nuestra casa; tratamos de que en la casa de nuestros hijos, Santa llegue con un arsenal de juguetes que no cabe en la sala. O si por el contrario, teníamos todo lo que queríamos pero a mamá y papá apenas les veíamos la sombra, tratamos de darles toda la atención. Esto, lo único que genera es carencia…
Ya me imagino tu carita de: ¿Queeeee? Así es, nos quitamos nosotros para darles a ellos y eso a muchos niveles manda el mensaje incorrecto, incluso al universo.
Y es que nuestros pequeños son esponjitas, y sienten todo. Los niños son súper sensibles, aunque queramos esconderles nuestras emociones, ellos las sienten.
¿No te pasa que, si estás súper estresada, aunque les pongas una sonrisa de “no pasa nada”, ellos sienten tu estrés? Y se estresan, lo mismo con la tristeza o la emoción que se te venga a la mente. Por otro lado, les estamos creando la carencia contraria a la nuestra.
¿Entonces qué hago para crear niños felices?
¡Sigue leyendo, hermana!
Nuestro consejo es que le des prioridad a la calidad y no a la cantidad.
Si eres la mamá que tienes doble chamba: la de ser mamá y la que paga las cuentas o triple chamba porque con una no alcanza.
Deja a un lado tus pendientes por un momento, establece un horario al día, exclusivo para tus hijos, donde no hay teléfono y mamá está completamente presente.
Pueden ser 20 minutos, una hora, lo que puedas, no tienen que ser 5 horas, lo importante es que ese tiempo que puedas dar, estés completamente para ellos.
Escucharlos, jugar, leer un cuento, acostarse en el sillón, lo que se te ocurra, sin pantallas, sin distractores.
¡Ojo! Hacerles de cenar o atenderlos no es tiempo para ellos, estás cubriendo el turno de mamá.
Te aseguro que verás a tus niños felices con algo tan simple.
Si por el contrario, pasas todo el día atendiendo las necesidades de tus hijos.
Haz un espacio al día para ti y que se llame la hora de mamá, donde nadie te molesta, nadie te busca, no resuelves nada.
Busca apoyo de tu pareja, la abuelita o alguna otra persona a quien puedas delegar a tus hijos.
Si están muy chiquitos y lo ves imposible, sé creativa y haz algo en tu día, que sea solo tuyo.
Necesitas vaciar la carga que traes y recargarte la pila.
Busca una actividad, aunque sea pequeña, que sólo tenga que ver contigo:
Puede ser algo tan sencillo como escribir un blog, aunque solo lo lean 3 personas o si puedes darte una escapada con tus amigas, también está genial. De esta manera, no sólo tendrás niños felices, sino que también ellos tendrán una mamá feliz.
Bye bye culpa
Como mamás todo nos genera culpa, así que:
¡Ya! asúmelo, intégralo y aprende a vivir con ella.
Te va a dar culpa no contestarle a tu jefe y te va a dar culpa no limpiarle la sombra a tu peque. Pero también te va a dar culpa no hacerte tiempo para ellos o para ti.
La diferencia es que: una culpa te va a generar frustración y otra bienestar.
Así que está bien sentir culpa, mientras pones el teléfono en silencio y te retiras lentamente, pero vas a disfrutar al máximo esa media hora con tus peques.
Y sí, te vas a sentir la peor mamá del mundo porque te perdiste la trompetilla ochocientos más chistosa del día de tu bebé, pero vas a ser una mejor versión de ti.
Recuerda: Mamá feliz = a Niños felices
Dales la mejor versión de ti misma
Y esa versión, no es la mamá sacrificada que se hace a un lado. ¡No!
Es la mamá completa, la feliz y equilibrada.
Ser mamá es súper agotador y sentimos mucha presión por ser una buena mamá.
Pero ni el parto natural, ni la cesárea, ni quedarte en casa, ni salir a trabajar, ni hacer home office, ni dedicarles todo el día, ni dejarlos en una guardería, etc., te hacen mejor o peor mamá.
La única que se está exigiendo tanto, eres tú.
Bájale a tu exigencia y da hasta donde puedas, no hasta agotarte.
Es importante que tus hijos aprendan de ti a darse tiempo a ellos mismos y sólo con el ejemplo les podrás enseñar cómo ser niños felices.
Basta de compararte
Yuyita la vecina, tiene una vida completamente diferente a la tuya y el 90% de su realidad no la conocemos.
Todas quisiéramos poder hacer ejercicio, trabajar en nuestro propio negocio, atender a nuestro bebé, maquillarnos y vernos espectaculares.
O tomarnos el día para descansar después de una noche sin dormir y que nos lleven a la cama pan francés.
Pero no todas podemos y no a todas nos cae bien el pan francés.
Tu personalidad, tu estilo de vida, tus hijos, no son como los de tu vecina, ni como los de tu hermana.
Así que, haz lo mejor que puedas con lo que tienes.
Los niños felices no son los que tienen la mamá perfecta, son los que tienen a la mamá en paz consigo misma.
Tú eres una mamá única y la mejor mamá para tus hijos.
Pedir ayuda y decir no puedo te hacen más fuerte
Nos han enseñado a ser mujeres super fuertes que podemos con todo. Y no cariño, no debes poder con todo.
Haz equipo, pide ayuda.
Si tienes esposo, delega responsabilidades, si no lo tienes, busca una red de apoyo.
Colabora con otras mujeres, crea tu propia comunidad.
Ser la supermujer ya no está de moda, lo de hoy es hacer súper equipo.
Esto es clave para tener niños felices y adultos sanos, enseñarles a pedir ayuda y a hacer equipo.
Conecta
Mi último consejo es que mires a tus hijos, conecta con ellos, no solo te dediques a hacer las cosas mecánicas del día a día.
Acompáñalos, trata de entenderlos.
Que los recuerdos que tengan de ti no sean de una mujer que se la pasaba gritando y dando órdenes, sino de quien jugaba con ellos, platicaba, contenía, amaba. Recuerda que son niños.
Te recomiendo muchísimo que sigas en instagram a @mama.con.ciencia y te leas los libros de Ana Acosta Rodriguez, para aprender más a entenderlos y entenderte a ti.
Se compasiva contigo y encuentra tu equilibrio, eso le va a dar una mejor mamá a tus hijos y sin duda esa es la clave para que sean niños felices.
La mejor mamá no es la que se sacrifica más, es la que se siente más plena.