La cosa más preciosa e importante que tienes en tu vida es tu energía. No es tu tiempo lo que está limitado, es tu energía. Lo que tú das a cada día es lo que creará más y más en tu vida. A lo que le das tu tiempo, es lo que definirá tu existencia.
Cuando te des cuenta de esto, empezarás a entender porqué estás tan ansioso cuando pasas tu tiempo con gente que no te aporta, y en trabajos o lugares o ciudades que no te convienen.
Por muchos años de mi vida estuve sola por decisión. Bebía y comía a solas la mayor parte de mi tiempo. Cantaba y bailaba a solas, sin esperar nada a cambio.
Busqué el mejor pretexto para caminar por horas, a solas. Iba pensando una y otra vez en todas las posibilidades de una vida más completa, y sin darme cuenta todos y cada uno de los planes incluían a alguien más. El escenario sólo tenía felicidad compartida. Todo el tiempo, día a día estaba pidiendo compartir con alguien más y me negaba a aceptarlo. Demasiado engreída para admitirlo.
¿Es normal que no te gusten los abrazos?
Un día me preguntaron la razón por la cual no me gustaba abrazar a los demás. No supe qué responder. Me fui a casa y pensé una y otra vez en la percepción que al menos aquella persona tenía sobre mí. ¡Era verdad! Los abrazos eran contados. Qué raro, ¿no?
Más tarde me di cuenta de que evadir todo tipo de afecto sólo representaba el miedo que tenía al rechazo y abandono. El miedo a sentirme vulnerable rompía poco a poco mi fuerte, y claramente no estaba dispuesta a tirar de un golpe esa imagen que logré crear para mí y para los demás.
“Y muy tarde comprendí..”
¿Lo leíste con tono dramático y fondo musical a cargo de Juanga? Si tu respuesta me pertenece, entonces dime dónde te veo para cantarla juntas.
Les decía que muy tarde comprendí (o tal vez no) que la vida está hecha para compartir. Que el amor es amor en todas sus formas, y que sea quien sea que está a tu lado, merece recibir toda tu magia.
Familia, amigos, mascotas, pareja.. ¡todos son amor! Celebremos con café y mezcal con todas las personas maravillosas que coincidimos día a día. Todo vale la pena, y comienzo a sentirme agradecida por tanto amor.
las cosas que mi gente quiere
son las cosas que siempre hе querido
una copita pa’ brindar y otras dos pa’ los dos que viеnen contigo.
Quiero seguir compartiendo lo que soy, y espero no rendirme en el camino.